Sr. Pera

Es el acto de aminorar la velocidad del coche, pudiendo detenerlo o no. Generalmente se realiza por acción de los frenos, si bien puede hacerse por otro medios como el freno motor, reducciones, o similares.


Los Frenos son el dispositivo del coche que provoca su detención y la disminución de su velocidad. Generalmente son de discos, en cuyo caso un disco de metal que gira solidario a la rueda es mordido por una pinza, con cuya fricción se disminuye la velocidad.

Los componentes básicos a tener en cuenta son:

Disco: Como hemos dicho, gira solidario a la rueda, detrás de la llanta, está realizado en metal (aunque algunos deportivos extremos los llevan de compuesto cerámico o carbono), y en muchos casos lleva canalizaciones internas para evacuar mejor el calor de su interior (en cuyo caso se llaman "discos ventilados", frente a "discos sólidos").

Pinza: Se ubica sobre el disco de freno, pero no gira, sino que va estático sobre la estructura del coche (generalmente en la mangueta). Dentro lleva un pistón o varios, que por acción hidráulica muerden el disco para detenerlo. Dicha "mordida" se realiza empujando las pastillas en contacto con el disco.

Pastillas: Son la pieza que se encarga de hacer ficción con el disco, cuando el pistón las empuja por acción hidráulica de la bomba. Están realizadas en un material compuesto diseñado para combinar una buena fricción (que agarren bien el disco) y una considerable resistencia al calor.

Bomba: Es una bomba hidráulica que accionamos con el pedal de freno, que hace que el líquido de frenos viaje por el latiguillo de freno, haciendo que el pistón de la pinza se mueva y empuje la pastilla, haciendo que éstas muerdan el disco y el coche se detenga.

Latiguillo: Es el conducto (generalmente de goma, si bien en competición se montan latiguillos metálicos para resistir mejor el calentamiento sin que se deformen) que conduce el líquido de frenos de la bomba a la pinza. Cuando sufre un uso intensivo y se calienta sufre deformaciones y abombamiento, produciendo una frenada defectuosa (o mejor dicho, que el coche deja de frenar).

Líquido de frenos: A estas alturas ya debéis saber que es el líquido que contiene la bomba de frenos, viaja por el latiguillo y acciona los pistones de la pinza. Son de propiedades especiales para resistir la temperatura excesiva sin perder su capacidad de actuación. Los más comunes para utilizar en turismos son el Dot3 y el Dot4, si bien en coches de competición con latiguillos metálicos se suele usar Dot5 por su superior resistencia al calor.


Entre las cualidades de un equipo de frenos, solemos distinguir:

Potencia: Es la fuerza de los frenos a la hora de detener el coche en marcha, en una ocasión determinada.

Resistencia: Es la capacidad de los frenos de seguir funcionando correctamente tras un uso repetido e intenso. Normalmente los frenos se calientan mucho cuando trabajan de forma constante (el típico ejemplo de bajar un puerto), por lo tanto será su capacidad para sufrir ese uso reiterado el que determine la resistencia (o bien porque se ventilan mejor, o bien porque permiten trabajar a mayores temperaturas, o ambos).

Tacto: Al margen de la calidad de la frenada, unos frenos deben ofrecer un buen tacto y sensibilidad al conductor. Es la manera en que el pedal de freno ofrece información (con su dureza, vibración o comportamiento) al conductor que le dice si va frenando muy al límite de bloqueo, o aún le sobra capacidad de detención. Unos frenos que no ofrezcan esa información dejan al conductor sin capacidad para decidir d forma inmediata si está frenando demasiado o si aún puede frenar más.

Balance: Es el reparto de fuerza de frenada entre las ruedas delanteras y traseras. Normalmente las ruedas delanteras son las que reciben la mayor parte del peso del coche cuando frena, y por eso equipan frenos más grandes, potentes, y con mayor fuerza. El balance se expresa en el porcentaje de fuerza que reciben los frenos delanteros (y se intuye el trasero por una simple operación aritmética que no vamos a detallar para no insultar a vuestra inteligencia), normalmente en torno al 80%. Un balance muy delantero supone mayor seguridad pero más capacidad para bloquear el eje delantero y crear subviraje; mientras que un balance más trasero implica que al límite el coche tenderá a volverse inestable de atrás en la frenada (más propio de competición).


Por todo lo expuesto, habréis comprendido que todo lo que implique ventilar y refrigerar el equipo de frenos es ganar muchos puntos de efectividad y seguridad.

Esta entrada será ampliada de forma bastante extensa poco a poco, es un apartado inabarcable, y nos dejamos muchas cosas por explicar.

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